domingo, 17 de mayo de 2015

Todos somos Barrasbravas

Del pitecantropus al planeta de los simios


Los hechos acontecidos el jueves son el reflejo de la sociedad en la que vivimos, no me creo eso de que en la multitud sale la "bestia salvaje" que habita en nosotros, ¿o acaso todos somos el increíble Hulk?

No sé cómo es en el resto del mundo, aunque al juzgar por lo que veo en los clásicos de Europa la gente sufre y padece el encuentro futbolístico como personas normales. Nunca he visto tanto ser extraño colgado de la reja cual mono en el zoo. Y esto nada tiene que ver con la condición económica o social del susodicho.

El jueves medio país se preparaba para disfrutar de una nueva contienda entre River y Boca y terminamos todos viendo cómo la decadencia más aberrante inundaba la cancha. Y ni qué hablar sobre las redes sociales. Realmente no daba crédito a los hinchas de uno u otro bando escribiendo cosas tan monstruosas que no podía salir de mi asombro. O sea un grupo de "inadaptados" (ya deberíamos empezar a buscar un sinónimo un poco más cruel para estos tipos) arruinó una fiesta tirándole gas pimienta a los jugadores de River, y los "simpatizantes" se insultaban unos a otros en lugar de pensar en los pobres pibes que estaban ahí en el medio de la Bombonera padeciendo las agresiones de 30.000 marginales que les decían de todo. Juro que no lo entiendo.




Pero esto no es de ahora, los barras no son los tipos que se juntan para arengar un equipo, no son esos que CFK dijo una vez  "Esos tipos parados en la paravalanchas con las banderas que los cruzan así, arengando... Son una maravilla porque vos los ves realmente (...) en la cancha colgados del paravalancha y con la bandera, nunca mirando el partido, porque no miran el partido, arengan y arengan y arengan, la verdad, mi respeto para todos ellos. Porque la verdad que sentir pasión por algo, sentir pasión por un club, es también, ¿sabés qué?, estar vivo." No señores, esos tipos son sicarios que se venden al mejor postor, hacer su negocio, o ya nos olvidamos que:

 * Fueron 37 barrabravas de Chicago los que hicieron los disturbios en la Feria del libro cuando Gustavo Noriega se presentó ahí http://www.perfil.com/economia/De-la-Feria-del-Libro-al-Mundial-el-tour-del-barrabrava-de-Moreno--20100601-0027.html

* Los Barras de River destruyeron el Monumental cuando éste se fue a la B
http://tn.com.ar/deportes/una-ambulancia-traslado-a-un-herido_059333

* Escuchamos a D'Elia admitir, en las escuchas que hizo Nisman, que le pagó $25.000 a los barras de All Boys para que lleven gente al acto del FPV  http://www.dsoftwarez.com/delia-le-paga-25-mil-a-barrabravas-para-ir-a-acto-k-0-puntos

Y éstos son sólo ejemplos, podría seguir enumerando muchos más momentos en los que la política usa esta mano de obra para sus actos. Sin olvidar que fue este gobierno el que organizó la famosa "Hinchadas Unidas Argentinas" para que los Barras pudieran viajar al Mundial de Sudáfrica.




El tema de la violencia en el fútbol, todos sabemos que no se termina porque nadie quiere, porque los necesitan, porque son la mano de obra "salvaje" para el apriete y en esta horrible realidad quedamos todos a los que nos gusta el fútbol enredados, incluidos aquellos que están en contra de la virulencia que se desata en las tribunas. Todos somos parte, porque parece que cuando el partido comienza, nos olvidamos que el que tenemos al lado es otro igual que nosotros pero que le gustan otros colores, que es un tipo que tiene derecho a pensar distinto, a querer un equipo diferente. No, ese otro, cuando la pelota comienza a rodar, es tu enemigo al que tenés que matar, y es así como una tonta contienda futbolística se transforma en una guerra donde hay que humillar, insultar, agredir y hasta matar al otro por ser diferente.

Y esto no es sólo responsabilidad de la "Década Ganada" hace décadas que esto ocurre, sólo que la brecha se abrió más, que la sociedad está cada día más enferma, que no nos damos cuenta que desde el Gobierno nos incitan a agredir al que no piensa como ellos, y así es como de a poco y lentamente van sembrando el germen del odio en cada uno de nosotros.

Realmente después del jueves desprecio un poco más la violencia, a Orion -que tal vez sea víctima de las circunstancias-, repudio la actitud de los jugadores de Boca aplaudiendo a los Barras, rechazo que no se hayan acercado a sus colegas para ver cómo se encontraban, que es la actitud más humana que uno puede esperar.

Desgraciadamente, como decía aquella canción, estamos en la jungla y cada vez resulta más complicado sobrevivir. Y todos somos Barras cuando compramos una entrada de reventa, cuando agredimos al otro -porque con ácido en los ojos no terminó el partido-, cuando vemos que está pasando algo y no hacemos nada para detenerlo, cuando miramos para otro lado y seguimos yendo a la cancha, y siendo cómplices de esta violencia que dura el ante, durante y después cada día que hay fútbol.





Arwen Mtes







LA JUNGLA TROPICAL

Queridos amigos estén donde estén 
La carta que escribo espero llegue bien 
Estoy en la selva luchando por vivir 
Con monos que cuelgan y víboras sin fin 

Gorilas de barrio, macacos de salón 
Hipopótamos de buena posición 
Jirafas histéricas y tigres rayados 
Leones tiranos en calles de pantanos 

En la jungla tropical 
Si no fuera por la música 
No nos salva ni Tarzán 

La ley de la selva impera por aquí 
Hay mucha violencia, se comen entre sí 
Vivimos del canto los pájaros y yo 
Pero es muy difícil que nos nos coma el león 

Pero sin embrago la bestia mas feroz 
Camina en dos patas y piensa como yo 
Sus armas de fuego imponen el terror 
Jugando al safari ahí viene el cazador 

En la jungla tropical 
Si no fuera por la música 
No nos salva ni Tarzán 

Con unos nativos que tocan el tambor 
Nos hemos reunido para vivir el rock 
No hay nadie que falte a cada recital 
Y los elefantes protegen el lugar 

Los monos bailando se hamacan en el swing 
Y toda la fauna se quiere divertir 
Hasta hay cazadores que vienen a mirar 
Y con las canciones se olvidan de cazar 

En la jungla tropical 
Si no fuera por la música 
No nos salva ni Tarzán 

Queridos amigos me quiero despedir 
Me quedo en la selva luchando por vivir 
Espero que vengan a ver un recital 
Que es lo único bueno que aquí puede pasar 

En la jungla tropical 
Si no fuera por la música 
No nos salva ni Tarzán

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